pequeñas ediciones de libros de poesía
44 páginas; 17x14 cm
ISBN 978-987-86-9453-5
Obra de tapa: Manué Virtual
Repulgue
Preparo tarta y recuerdo
la tuya de atún; qué delicia.
Es difícil la parte de poner la tapa
a veces no llega a unirse con la otra
.......................un poco agrandada ya
por escalar las paredes de la asadera.
Peligra la cena, hay mucho en juego
no son sencillas las uniones.
Las tapas se compran juntas
pero vienen separadas con plástico
al tacto se desconocen todavía.
Si no coinciden, falla el repulgue
no hay contrato de unión
se escapa relleno y protagoniza
su propia cocción.
Tampoco puede una estirarla de más
los esfuerzos se notan
quedan huellas hundidas de los dedos
que toquetearon ..........................allá
y acá.
Importante sería manejar expectativas:
al momento decisivo, movimientos ligeros
precisos. Después la adaptación
el acomode y ver qué resulta.
Bueno, el atún ya huele bien
las aceitunas le dan el toque
era cierto; voy aprendiendo.
Reseñas
El mundo al alcance de las manos, el olfato, el gusto; por supuesto: la vista. Como parece entenderlo Vainilla y coco, la poesía es el gran realismo. Aun la cosa más nimia o trivial puede colarse en sus poemas de aprendizaje para volverse infinita.
Aprehender, asimilar, comprender… Se trata de unir los elementos de una realidad siempre abierta. Pero, tanto en el amor como en el arte culinario, “no son sencillas las uniones”. Los irónicos balances, inventarios, archivos “en orden alfabético” que compone la poderosa imaginación de Emilia Pérez no configuran un sistema de explicaciones o respuestas. Cocinar, remar, andar en bici, tomar mate, son formas de aprender el mundo que conservan, sin embargo, la sed de misterio, “la manija intacta”.
A través de un fraseo preciso y despojado, Vainilla y coco nos regala una clave de lectura: “Lo abstracto se refugia en patrones de sonido/ el sonido abre el sendero”. Esa música es solidaria de la polisemia desencadenada del mundo. Tal vez sea eso lo que contagia la alegría de su lectura, el inexplicable entusiasmo con que “se vuelve al ritmo de la vida y a bailar”.
Diego Colomba
Vainilla y coco, una combinación ideal como este libro. Las palabras de Emilia se enredan en una travesía que nos revela su forma de ser. Con sensibilidad y amor, Emi nos habla de aventura, familia, soledad, el arte de cocinar, la magia de viajar y encontrarse(nos). Estos poemas reflejan la mirada de una joven enamorada de la vida y sus detalles. Leer Vainilla y coco es como sumergirse en el río y que la corriente te abrace. Y me pregunto, ¿a quién no le gustan los abrazos?
Julieta L. Masuelli.
44 páginas; 17x14 cm
ISBN 978-987-86-9453-5
Obra de tapa: Manué Virtual
Repulgue
Preparo tarta y recuerdo
la tuya de atún; qué delicia.
Es difícil la parte de poner la tapa
a veces no llega a unirse con la otra
.......................un poco agrandada ya
por escalar las paredes de la asadera.
Peligra la cena, hay mucho en juego
no son sencillas las uniones.
Las tapas se compran juntas
pero vienen separadas con plástico
al tacto se desconocen todavía.
Si no coinciden, falla el repulgue
no hay contrato de unión
se escapa relleno y protagoniza
su propia cocción.
Tampoco puede una estirarla de más
los esfuerzos se notan
quedan huellas hundidas de los dedos
que toquetearon ..........................allá
y acá.
Importante sería manejar expectativas:
al momento decisivo, movimientos ligeros
precisos. Después la adaptación
el acomode y ver qué resulta.
Bueno, el atún ya huele bien
las aceitunas le dan el toque
era cierto; voy aprendiendo.
Reseñas
El mundo al alcance de las manos, el olfato, el gusto; por supuesto: la vista. Como parece entenderlo Vainilla y coco, la poesía es el gran realismo. Aun la cosa más nimia o trivial puede colarse en sus poemas de aprendizaje para volverse infinita.
Aprehender, asimilar, comprender… Se trata de unir los elementos de una realidad siempre abierta. Pero, tanto en el amor como en el arte culinario, “no son sencillas las uniones”. Los irónicos balances, inventarios, archivos “en orden alfabético” que compone la poderosa imaginación de Emilia Pérez no configuran un sistema de explicaciones o respuestas. Cocinar, remar, andar en bici, tomar mate, son formas de aprender el mundo que conservan, sin embargo, la sed de misterio, “la manija intacta”.
A través de un fraseo preciso y despojado, Vainilla y coco nos regala una clave de lectura: “Lo abstracto se refugia en patrones de sonido/ el sonido abre el sendero”. Esa música es solidaria de la polisemia desencadenada del mundo. Tal vez sea eso lo que contagia la alegría de su lectura, el inexplicable entusiasmo con que “se vuelve al ritmo de la vida y a bailar”.
Diego Colomba
Vainilla y coco, una combinación ideal como este libro. Las palabras de Emilia se enredan en una travesía que nos revela su forma de ser. Con sensibilidad y amor, Emi nos habla de aventura, familia, soledad, el arte de cocinar, la magia de viajar y encontrarse(nos). Estos poemas reflejan la mirada de una joven enamorada de la vida y sus detalles. Leer Vainilla y coco es como sumergirse en el río y que la corriente te abrace. Y me pregunto, ¿a quién no le gustan los abrazos?
Julieta L. Masuelli.