pequeñas ediciones de libros de poesía
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56 p. ; 17 x 14 cm
ISBN 978-987-88-0420-0
Poemas y fotografías de Mariana Terrile
Obra de tapa: Manué Virtual
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Geisha del sur
Un hombre tapa a una mujer,
dos heridas azules clavadas en la piel.
Ella sintió frío, él la abrigó.
Un tatuaje en la herida narcisista
dijo su psicólogo.
El samurai le clava el visto.
Con su katana japonesa penetra hincando su pecho.
La muchacha de Kyoto
se desangra sobre los apuntes de Historia,
Geisha de barrio en zapatillas.
Kuruwa del sur de Tablada,
donde los colectivos no terminan nunca el recorrido
y las certezas son a corto plazo.
...
Mariana Terrile aquí despunta estas otras tiras de muestra; una sección con la que debuta en lo escriturario, cargada de imágenes que automáticamente me evocan al espíritu de Miroslav Tichý, a esa médula de lo cotidiano que los demás mortales descartamos. Esa pureza es una construcción social que Mariana ya ejercitaba con su cámara.
En estos textos, la intimidad está puesta en lo doméstico-diario-habitual. Condensó el lente a su órbita más corta: a su cuerpo, sus emociones, su familia, su corazón. Pero todo es política, aunque no se logre ver. Todo es política de movimientos interpersonales, política de amor a la que ella le saca fotos y escribe sin censurarse con una voz sonriente a pesar de todo. Escribe oyendo su voz interior que habla de soledades y dice: la angustia de saberse no correspondida; déjà vu de sobras/ tutoriales y cuerpos esparcidos; se transforma en otra materia que ya no volverá a ser; renunciar a las palabras a tiempo.
Como dice al principio del libro, “lo posible se pierde a veces”, pero Mariana lo eterniza en imágenes poéticas, como aquellas mujeres en el mundo de Tichý.
María Paula Alzugaray
...
Primero estuvo la palabra en su oficio de comunicadora. Luego, la fotografía, donde encontró su lenguaje y medio de expresión. Aquí, lo textual vuelve a cobrar fuerza transformado en poesía. En ese ida y vuelta entre texto e imagen, Mariana construye un relato íntimo y potente, desolador a veces, pero valiente. Recorre paisajes interiores entre duelos amorosos, pérdidas familiares y las incertidumbres de una madre criando a un hijo.
Por momentos se cuela, inevitablemente, el clima distópico de una pandemia, como un cristal por el cual se mira todo el cuerpo de los poemas aquí reunidos.
Diego Fidalgo
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56 p. ; 17 x 14 cm
ISBN 978-987-88-0420-0
Poemas y fotografías de Mariana Terrile
Obra de tapa: Manué Virtual
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Geisha del sur
Un hombre tapa a una mujer,
dos heridas azules clavadas en la piel.
Ella sintió frío, él la abrigó.
Un tatuaje en la herida narcisista
dijo su psicólogo.
El samurai le clava el visto.
Con su katana japonesa penetra hincando su pecho.
La muchacha de Kyoto
se desangra sobre los apuntes de Historia,
Geisha de barrio en zapatillas.
Kuruwa del sur de Tablada,
donde los colectivos no terminan nunca el recorrido
y las certezas son a corto plazo.
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Mariana Terrile aquí despunta estas otras tiras de muestra; una sección con la que debuta en lo escriturario, cargada de imágenes que automáticamente me evocan al espíritu de Miroslav Tichý, a esa médula de lo cotidiano que los demás mortales descartamos. Esa pureza es una construcción social que Mariana ya ejercitaba con su cámara.
En estos textos, la intimidad está puesta en lo doméstico-diario-habitual. Condensó el lente a su órbita más corta: a su cuerpo, sus emociones, su familia, su corazón. Pero todo es política, aunque no se logre ver. Todo es política de movimientos interpersonales, política de amor a la que ella le saca fotos y escribe sin censurarse con una voz sonriente a pesar de todo. Escribe oyendo su voz interior que habla de soledades y dice: la angustia de saberse no correspondida; déjà vu de sobras/ tutoriales y cuerpos esparcidos; se transforma en otra materia que ya no volverá a ser; renunciar a las palabras a tiempo.
Como dice al principio del libro, “lo posible se pierde a veces”, pero Mariana lo eterniza en imágenes poéticas, como aquellas mujeres en el mundo de Tichý.
María Paula Alzugaray
...
Primero estuvo la palabra en su oficio de comunicadora. Luego, la fotografía, donde encontró su lenguaje y medio de expresión. Aquí, lo textual vuelve a cobrar fuerza transformado en poesía. En ese ida y vuelta entre texto e imagen, Mariana construye un relato íntimo y potente, desolador a veces, pero valiente. Recorre paisajes interiores entre duelos amorosos, pérdidas familiares y las incertidumbres de una madre criando a un hijo.
Por momentos se cuela, inevitablemente, el clima distópico de una pandemia, como un cristal por el cual se mira todo el cuerpo de los poemas aquí reunidos.
Diego Fidalgo
